Cómo ahorrar en la factura eléctrica

Publicado el 7 de marzo de 2024, 14:00

Existen muchos factores que influyen en la factura de luz y,

debido a la entrada en vigor de nuevas tarifas, se han expuesto

últimamente incrementados por la situación de la pandemia

haciendo necesario el buscar cómo ahorrar en la factura de la luz.

 

Para reducir el pago mensual de electricidad, se deben

conocer ciertos conceptos vinculados a lo que se desglosa en

una factura. Los más destacados son el término de potencia, el

cual se refiere a un abono a pagar por la potencia contratada y el

término de energía que se refiere al importe por la cantidad de luz consumida.

 

¿Qué hacer si considero que estoy pagando

por más energía de la que consumo?

Puedes comenzar por ajustar la potencia eléctrica que

contratas. Dependiendo del número de electrodomésticos que

tengas, puedes hacer un cálculo de la potencia máxima

demandada y así indicarle a la comercializadora de luz

correspondiente los kW que realmente necesitas.

 

Muchos consumidores se olvidan de realizar esta medida por no

revisar regularmente sus facturas de luz. Lo mejor es siempre

estar actualizado de los precios y las ofertas que te ofrezcan

para poder comparar y llevar las cuentas equilibradas. 

 

Si no puedes gestionarlo por ti mismo, lo mejor es contratar una

asesoría energética. Una equivocación en las tarifas puede

llevarte a un monto superior de los 1.000 euros anuales.

 

Reduce el consumo en el hogar

Crea un plan de consumo eficiente que te permita establecer el

horario que mejor favorezca al consumo en general dentro del

hogar. Con los tres tipos de horarios establecidos y el coste de la

electricidad de cada uno, puedes intentar reducir el consumo en

las horas más altas y mantenerte entre los precios intermedios o

bajos.

 

Revisa el desenchufar cualquier aparato que no sea de uso

necesario constante. Sobre todo aquellos que se quedan en

stand-by y consumen en segundo plano, pero que implican un

sobrecoste de al menos 4 euros al mes.

 

De igual manera, tratar de tener electrodomésticos

etiquetados de bajo consumo energético y su uso inteligente

influye considerablemente en el ahorro de luz. Las categorías A o

B en un aparato eléctrico son las más recomendadas.

 

En cuanto al uso adecuado de los artefactos eléctricos,

objetos como el lavavajillas o la lavadora tienen formas de

programarse para que funcionen a bajas temperaturas y así,

consuman menos energía. El frigorífico, la calefacción y

el aire acondicionado también son partes que, con el debido

ajuste, pueden ayudar a reducir bastante el pago mensual.

 

Otras alternativas de bajo consumo

Actos simples como el aprovechar al máximo la luz natural o

cambiar de bombillas halógenas por unas LED, ecológicas y

con un ahorro de hasta el 80%, cambiarían en buen aspecto el

ambiente energético. Además, existen aplicaciones móviles y

otros aparatos sencillos que analizan y monitorean los puntos

donde debes utilizar o no los utensilios eléctricos.

 

Comparar tarifas y plantearte el cambiar de empresa

energética puede ser también otra alternativa al ahorro

monetario. En este caso debes tener en cuenta que cada

contrato tiene sus precios en base a la clase de mercado en el

que se ubique y la posibilidad del bono social eléctrico difiere

en cuanto a esta variación.

 

Nunca está de más probar nuevas opciones, y entre ellas el 

autoconsumo (energía solar). Puede resultar de un gran costo

inicial, pero a largo plazo se prevén planes para adquirirla con

descuentos y su futura instalación en menos de 10 años.

 

Este traspaso a la energía renovable consta de un estudio de

viabilidad, así como otros trámites administrativos, pero no por

eso deja de ser una atractiva oportunidad para amortiguar el

cambio climático existente y la sucesiva lucha por conservar el

medio ambiente.

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